Sonrío entre tus calles, le sonrío a tu gente… no es que me guste sonreír, es que Caracas te deja.
Vivimos entre basura, entre avenidas colmadas de carros.
Un motorizado que toca corneta porque las cornetas de los motorizados abren el paso y despejan la cola.
Caracas despierta tarde, o temprano depende del día.
Hacemos cola para sacar papeles, hablamos en la cola, vamos por un café, hablamos en la panadería…y sonreímos.
Utópica Caracas, llena de silencios, llena de verdades.
Todos tenemos algo que contar.
Las noticias llegan en el periódico, en el metro, en la bomba de gasolina y en el ascensor.
Ese calor único, ese sabor único.
Comemos entre horas, dormimos entre horas, twitteamos entre horas.
Amamos la plaza, los maratones, el Ávila, la corredera y el deporte.
Amamos los techos rojos, el casco histórico.
Amamos despertarnos y saber que estamos vivos.
Luchamos en contra de la corriente y la gente sigue el ejemplo que Caracas da.
Caracas da ejemplo.
Te quiero, Caracas… he aprendido a quererte.
Te quiero y quiero quererte sin miedo.
Quiero quererte sin violencia, con risas, con los buenos días y las buenas tardes.
quiero quererte en silencio y despacito, quiero enamorarme de tí, pero no te lo digo.
Quiero leerte entre líneas, caminar entre lo que me ofreces.
Quiero ofrecerte miradas, ser feliz entre tu monte, tu gente, tus tardes y tus mañanas.
Quiero que tus días no solo sean hoy… que sean siempre,
que cumplas mil años… y que te quieran.
Quiero que seas feliz, Caracas, entre todos nosotros, apretadita, ahí, donde quepas.
Tú, sucursal del cielo.
Tú, jungla de concreto.
Yo no soy regionalista, pero a Caracas la quiero.
Tú, con tu pesebre nocturno… con tu ahorradera de luz.
T’ú, con tus 162425 días.
Cuna de caraqueños y caraquistas.
Cuna de carritos que andan por las calles, llenos de mercado…
… de gente que te habla en el banco, del amigo del cajero, de la lluvia que nos cubre.
Cuna del Libertador, de historiadores y poetas,
del señor que lava carros y aquel que nació alcahueta.
Entre cerros y montañas,
clases bajas, clases altas, caraqueños dulcemente,
quienes sueñan con Caracas,
aquel del recóndito pueblo, que se traslada a estudiar,
buscar trabajo o rebuscarse,
y que su corazón comienza a palpitar.
Todos tenemos historias que contar.
Entre las caras tristes y largas,
entre el frío del amanecer y la soledad de la noche estamos los caraqueños,
emprendedores, luchadores, incansables, indetenibles,
felices por llegar a casa, felices de tenerte a ti…
con muchos proyectos en mente,
con ganas de sonreír, de empujarnos.
Feliz aniversario, Caracas!
Que seas feliz hoy y los años que te quedan conmigo, con nosotros, con Venezuela.
-♥-
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Hola Chama, no sé cómo cayó tu blog en una de mis ventanas de Chrome pero por X o Y empecé a leerlo, me llamó la atención una expresión y dije: «Epa, ésta es venezolana» Seguí leyendo tus artículos, efectivamente eres venezolana, yo también. Tenemos casi la misma edad y por lo que veo haz viajado y hablas idiomas tanto como yo… Tengo casi 9 años que salí de Venezuela y hoy también vivo en Chile. Desde que salí, me ha sido difícil entablar alguna relación con la comunidad de venezolanos en el exterior, siempre llevamos nuestra indio-sin-gracia a donde vamos y lamentablemente nos creemos superiores al resto. Creo que pocos hemos logrado bajarnos de los tacones a tacón y medio o sin tacón, imagino que andas ya en cholas, como yo (cuando se puede claro). Quiero darte las gracias por demostrarme que hay alguien más que piensa diferente. No creo ser dueña de la verdad pero estoy segura que si los venezolanos empezaran todos a ver la vida como tú o yo la vemos podríamos empezar a construir un país mejor y así llenar el vacío en el pecho que hoy todos sentimos. Un abrazo caraqueño en el sur.
Chamaaaa!!! Casi me haces llorar!!! GRACIAS por ese comentario y ese cariño!!! Por favor, mandame tu contacto para sentarnos a hablar ❤ mil gracias por ese feedback, de verdad me alegraste el día ❤️❤️❤️