Recuerdo mi primer cumpleaños.
Mi casa llena de globos.
Uno de los primeros recuerdos de mi vida.
Han pasado 25 años desde ese día.
Y 26 desde el día en que nací.
Tengo tanto que agradecerle al mundo, hay tantas cosas buenas y malas de las que he aprendido que sólo puedo agradecer al mundo por darme la oportunidad de estar aquí.
26 años.
Me siento de 20, aún. Quizás parezco de 30. Que importa.
Tengo 26 años caminando, oyendo, hablando y siendo. Sintiendo. Sonriendo.
26 años recogiendo las hojas que me gustan del parque. Mirando a la gente a los ojos en la calle. Cantando sin parar mis canciones favoritas (cuando estoy de buen humor).
El mundo me hizo llorona también. Las lágrimas nunca están demás.
Veintiséis años amando: cada día a mi vida.
Una vez creí en el horóscopo, ahora creo en mí.
París es la utopía en donde vivo.
26 años llevando un nombre que no es el mío, pero que es el mío.
Orgullosa.
Sensible.
Y que sean veintiséis más, por lo menos.
Felices veintiséis María Consuelo, aunque no te llames así.

-♥-

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