Siempre me ha gustado aprender.
Es algo que hago con naturalidad, todos los días. Desde cocinar nuevas comidas hasta leer en diferentes idiomas. La educación es el mejor enemigo de la ignorancia. En este momento de mi vida, cuando aprender es una prioridad, me gustaría compartir sobre ello.
He trabajado con clientes corporativos, me he adentrado en el mundo del marketing, del Social Media y de eso que mueve al mundo; me senté a profundizar en qué era lo que estos ítems –que me gustan- tenían en común. Y eso es: la estrategia.
La estrategia no es más que la capacidad de pensar diferente. Es un equilibrio entre el orden y el caos. La estrategia es un acto de rebeldía (G.Bilancio). Es aquello que nos permite crear-formular-recrear y reformular ciertos procesos y ver el mundo desde nuevas perspectivas.
En el hecho de dirigir una empresa, hay diversos elementos que tomar en cuenta, más allá del producto o servicio que estemos ofreciendo. Además de la misión, visión y propósito; les recuerdo que no hay estilos de dirección, hay estilos de personas que dirigen, de acuerdo a su forma de analizar, de su cultura, de sus emociones y sobre todo de su actitud. La actitud es la esencia a partir de la cual se define la estrategia, que es el orden del caos.
En la sociedad actual, seas del país que seas, en el momento de dirigir –además- se debe tomar en cuenta la diversidad de los valores culturales de cada sociedad, país o nicho al que queremos llegar. La diferencia entre las culturas acentúa la brecha del conocimiento y así, las posibilidades de llegar más lejos que otros. Aunque la cultura es la que marca el rumbo de la estrategia, y no al revés. Cuando vemos una empresa que traspasa fronteras, ¿cómo logra mantenerse en el tiempo?, ¿Cuáles son los factores para que una empresa llegue al futuro? La respuesta parece ser lógica, pero no lo es:
A través de la comprensión de requerimientos de diferenciación de la competencia –en el futuro-; entender cuáles serían las oportunidades futuras y comprenderlas, trasladarlas al tiempo que vivimos; infundir en todo nivel a la organización y sabiendo llegar primero, corriendo menores riesgos. Recordando en todo momento que no hay un único futuro, sino cientos de ellos.
Entonces, la pregunta sería: ¿Cómo se elaboran estrategias pensando en el futuro?
Estudiando los mercados vs. Las oportunidades; comparando las competencias de las unidades de negocio con las competencias de la empresa; revisando los sistemas que tenemos; analizando la prioridad entre la velocidad y la perseverancia; cómo son las áreas estructuradas vs las áreas sin estructuras y en conclusión: prever un futuro –o muchos de ellos-, reducir competidores y lograr posicionamiento en el mercado.
Ahora bien, la estrategia está (y debe estar) presente en todo momento, no solo cuando comenzamos nuestra empresa. La idea de crear una estrategia o de pensar estratégicamente es poder llevarlo a la realidad, es poder convertir las ideas en acción y estas acciones nuevamente a las ideas. Esto hace a las empresas competitivas, además de la capacidad de innovar, por supuesto. Entonces, pensamos en un minuto en volvernos una empresa competitiva en el mercado porque: somos capaces de adaptarnos, adelantarnos y trabajar en función de nuestro presente y a la vez de nuestro futuro.
En este punto, me encantaría dar un ejemplo de un caso que me detuve a analizar: Microsoft.
– Adaptarse: Hace unos meses atrás comenzó la transformación de la compañía, y se basa en el cambio de su estrategia, más no de su misión. Como la tecnología, la demanda y los tiempos son cambiantes, las empresas no pueden quedarse atrás. Hoy en día, el reto es la movilidad y poder llevar a todos lados los procesos que hacemos a diario.
– Impactar: El impacto de esta transformación se basa en enfocarse en algo que Microsoft sabe hacer muy bien: Software and Devices, potenciándolos de tal forma que se nos permita estar conectados en casa, en el trabajo y en el día a día, en las actividades que son importantes para nosotros. El impacto está del lado de quien lo mira.
– Ser y estar: una vez escuché en una presentación que “la gente no compra lo que haces sino el por qué lo haces”. Microsoft entendió el consumo a partir de entender a los consumidores. Microsoft está llevando a sus productos y a sus clientes a nuevos lugares. Está creando un nuevo patrón centrado en las actividades de las empresas y las familias. La estrategia, puede que haya cambiado, pero la misión es la misma: Mejorar la vida de las personas.
Como podemos observar en todos los ámbitos donde se encuentra, no solo se trata de un cambio de “imagen”, sino un cambio en su estrategia, donde están llevando a cabo las ideas en acción y la acción nuevamente a las ideas.
¿Qué tipo de empresa queremos ser?
Este es solo el comienzo.
Solo aquellos que dominan las ideas por sobre la ejecución,
están en el ámbito del liderazgo.
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