Usa tacones, maquíllate, péinate, hazte la lipo, depílate, rebaja, ponte extensiones, hazte las tetas porque sin tetas no hay paraíso, haz ejercicios, usa la crema antiestrías y anticelulitis, toma jugos verdes, haz yoga, entrena fuerte, haz pesas, corre 10k, se exitosa, ten hijos y repite todo el proceso.
Cuando tenía 8 años, estaba en el transporte y un niño me empezó a llamar “gorda manteca”. Yo me imaginaba que una gorda manteca era ser como Bruce Bolaños, aupado por todos esos niños del colegio para comerse una torta de chocolate antes que Troncha Toro le descalabrara los cachetes. Gracias al niño del transporte, pensaba que para llegar a ser princesa como las de Disney, tenía que hacer todo lo anterior y que no podía comerme una torta como la de Bruce… pero…
Me puse a pensar que las princesas no podían ser felices si hacían todo lo que los demás le decían, incluyendo no comer una torta deliciosa como la de Bruce, y entonces, ¿cuándo una princesa Disney tomaría el rumbo de su vida y podría ignorar a los niños del transporte? 25 años después, Disney tenía la respuesta. Elsa, después de unas cuantas pataletas típicas, tomó sus propias decisiones, luchó contra lo que todos los demás pensaban que era malo, utilizó ese frío a su favor. Lo mejor de todo, es que Elsa lucía mucho más hermosa cuando empezó a aceptarse ella misma.
Aunque las princesas son diferentes en la vida real. Son mujeres reales: Una mujer real y preparada puede ser presidenta, una mujer puede pararse en frente de las Naciones Unidas para hacer entrar en razón al mundo por la igualdad de géneros, una mujer necesita ser bella para sí misma y a medida que esto pase, será sublime para el mundo. No es que no importe como luzca, sino que su cerebro pasa a ser más importante que el tamaño de su cintura y de la celulitis en sus piernas.
Este mes, una visita dejó dos revistas en mi casa: Elle y Vogue España. Ambas en su portada te hablan de las tendencias, de cómo lucir un cuerpo radiante en el verano, ambas hablan de lo supersexy y chic del Mediterráneo y de 7 cremas para una cara espectacular. Estamos bombardeados de información que no habla sobre el empoderamiento de la mujer en este siglo, de sus éxitos, de sus emprendimientos, de su lucha diaria por sobrevivir a la cantidad de reglas y superficialidades de la sociedad. Quiero empezar a leer casos de mujeres exitosas por lo que son y no por cuánto pesa. Estoy en contra de los estándares de belleza que nos hemos puesto, que cuando una persona te mira después de mucho tiempo te diga “qué flaca estás” o “que gorda estás”, por encima de un “qué bien te ves”. Como si una no tuviera espejo en su casa. Como si una no supiera cómo quiere ser o cómo quiere verse.
En algún momento tuve pánico de mostrar una foto mía en Instagram, fui injusta conmigo, mostré lo que comía para justificar mis curvas, hasta que un día decidí cambiar ese paradigma, pero la transformación vino de adentro. Hice un análisis profundo a mí ser, a mi proyecto de vida, a lo que creo. Me paré un día frente al espejo. Entre mi abdomen y mis caderas, hay 8 cicatrices. Fui operada dos veces este año, no fue fácil de aceptar, pero estas cicatrices me recuerdan que no hay estándares de belleza para mujeres reales. No hay que ocultar quién eres para ser aceptada por un montón de gente que tiene la misma celulitis que una -o más-.
Creo que todos somos diferentes, pensamos diferentes y tomamos decisiones diferentes pero hay dos cosas que no se pueden ocultar: la genética y la celulitis. Y como la celulitis no discrimina, mejor acéptese. Verse bien parte con la premisa de sentirse bien, no importa la forma de su cuerpo siempre y cuando usted lo quiera así.
- Las mujeres reales se caen, crecen y corren, pero no para huir de sus problemas.
- Una mujer real no deja que sus medidas determinen su éxito.
- Una mujer real enfrenta las situaciones de la vida.
- Una mujer real lucha por sí misma y por otras mujeres.
- Una mujer real usa sus labios para decir la verdad al mundo, sus oídos para escucharlo y su mente para afrontarlo.
- Una mujer real también se cansa al hacer ejercicios y de ir al gimnasio.
- Una mujer real, también ha querido comerse una torta como la de Bruce Bolaños.
- Una mujer real tiene celulitis.
- Una mujer real vive una vida real.
Una mujer real sonríe y saluda.
(Ya saben de lo que hablo)
Un abrazo a esas mujeres reales que hacen cada día un mundo mejor.
Lelo Quevedo
Dato: El costo de la malnutrición en el mundo –según la FAO-, cuesta un 5% del PIB Mundial; lo que significa que tanto la subalimentación como la ultra-alimentación no solo cuestan dinero sino también vidas. Las dietas altas en azúcares, grasas y sal están igual de mal que no consumirlas.
Si te gustó este artículo, compártelo, comenta y pasa por:
Sígueme!
A veces darce cuenta de lo que somos nos toma tiempo, lo importante es encontrarlo, entenderlo y no dejarlo escapar… porque la gente siempre hablarà.. la gente siempre criticarà…. pero solo cada una de nosotras serà capaz de convivir con lo que es… y lo que quiere ser,,,
Gracias por ese comentario, Amor ❤ ¡un abrazo!
buenisimo tus articulos ojala publiques muchos mas…. me parece espectacular tu modo de ver la vida muchos exitoss
Qué felicidad este comentario. Gracias por hacerme sonreír esta mañana. Un excelente día para ti.
Me encanto el post. Yo, gracias a mi mamá nunca crecí tan presionada por tener la vida perfecta, pero cuando estaba en la universidad la competitividad con mis compañeras me hizo esperar de mí misma perfección, tanto física como amorosa y laboral y por un momento casi me explota la cabeza.
Me tomo un semestre y viajar a otro país poder re encontrar mi camino y tener la felicidad y seguridad que tengo ahora.
Gracias por compartir tu experiencia, me encanta como vez la vida.