Ser venezolano es bailar aunque no haya música,

es un vaso de hielo hasta arriba,

es tomarte una selfie con un vinotinto,

es esperar un vuelo que viene atrasado,

es caminar con los tacones y la cabeza bien en alto,

es una arepa de pabellón,

es combinarse la ropa con la vida.

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Ser venezolano es hablar en voz alta,

como si nadie te escuchara.

Es tenderle una mano al que lo necesita,

es hablar con el de al lado como si lo conocieras,

es tratar a todos como a tus ‘panas’,

es usar bufanda bajo 30 grados,

es echar pa lante,

ser dicharachero,

es sonreír en la adversidad.

Es vestirse con colores alegres y llevar la piel tostada como la flor.

Ser venezolano es saber que aquí están las mejores curvas del mundo,

es un buen ron con los panas,

es menear el whisky con el dedo,

es que se te erice la piel cuando escuchas el himno fuera de tu tierra,

es llevar el cuatro en el corazón.

Ser venezolano es saber cuando se te agua el guarapo y que a pesar de la distancia,

para ti una boda sin tequeños no es boda.
Agradezco todas las oportunidades que solo el desierto, selva, nieve y volcán nos ha sabido poner en donde estamos ahora y aunque no somos perfectos podemos aprender a llevar nuestra bandera en alto, cada día, con esa pasión que solo un venezolano tiene. Lucha por ti y los tuyos, dondequiera que estés y por favor, nunca olvides a tu tierra…

Venezuela, siempre estarás en mi corazón.

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